Zo'é
- Autodenominación
- ¿Donde están? ¿Cuántos son?
- PA 331 (Iepé, 2022)
- Familia linguística
- Tupi-Guarani
Localizados en un área de refugio entre los ríos Cuminapanema y Erepecuru (norte de estado de Pará), los Zo'é buscan mantenerse alejados tanto de los pueblos indígenas vecinos a los cuales consideran enemigos, como de los blancos, a quienes conocieron a través de contactos intermitentes. Así pues, los Zo'é entraron en la historia brasilera como uno de los último pueblos ‘intactos’ de la Amazonía.
Nombre y Lengua
Los indios del Río Cuminapanema se autodenominan Zo'é. Se trata de una clasificación que todavía esta en construcción: es un término que solamente se usa en situaciones de contraposición entre un ‘nosotros’ y los ‘blancos’ (kirahi) o los enemigos (Apam, Tapy'yi), siendo estas las dos (2) únicas categorías étnicas actualmente utilizadas por los Tupí. Fuera de estos términos, los Zo'é no usan etnónimos para designar a los grupos indígenas vecinos a ellos. En algunas circunstancias, los Zo'é diferencian a los ‘kirahi ete’ o ‘blancos verdaderos’ (es decir a los primeros forasteros con quienes establecieron contactos esporádicos hace varias décadas –cazadores de felinos y recolectores de castañas de Pará), de los agentes con los que se relacionan ahora, y que sólo son ‘kirahi’ o ‘kirahi amõ’ (otros blancos no regionales).
El término ‘poturu’, inicialmente utilizado por la Funai (Fundación Nacional del Indio) para designar a éste grupo Tupi, solamente se refiere a la madera con la que son confeccionados los adornos labiales embe'po. Aunque también era la palabra que los Zo'é respondían cuando alguien les apuntaba preguntándoles su nombre.
Los Zo'é son hablantes de una lengua de la familia Tupí-Guaraní del tronco Tupí. Toda su población es monolingüe, con excepción de algunos jóvenes que aprendieron algunas palabras en portugués, mientras oían a los funcionarios de la Funai hablar en la radio.
Historia del contacto
Los Zo'é entraron a la historia como uno de los últimos pueblos ‘intactos’ de la Amazonía. Su contacto con los misioneros protestantes norteamericanos y con los expedicionarios de la Funai fue bastante cubierto por los medios. Aquellos que en 1989 divulgaron las primeras imágenes de este pueblo tupí, que hasta entonces se había mantenido en situación de aislamiento.
Por lo menos desde los inicios de los años setenta (1970), la Funai sabía de la existencia de los Zo'é. Momento en que dicha entidad procedió a levantar información sobre los grupos aislados que estaban en la ruta por donde se construiría la carretera Perimetral Norte (BR – 210). En esa época, aunque el contacto con el grupo del Río Cuminapanema estaba planeado, la interrupción de las obras de la Perimetral llevaron a la Funai a desistir del contacto.
Para ese periodo ya se disponía de información relativamente precisa sobre la localización del grupo. En 1975, un equipo del IDESP (entidad gubernamental de estado de Pará) que realizaba un levantamiento de información cartográfica e investigaciones minerales para la Superintendencia de Desarrollo de la Amazonía (SUDAM), encontró un claro de selva que consideró que podría ser una pista de aterrizaje. Sin embargo, cuando se acercaron un poco más, descubrieron que se trataba de una comunidad con tres (3) grandes casas. Ante la sorpresa, el equipo del IDESP decidió sobrevolar la comunidad y recibió varios flechazos de los indios. Pero antes de decidir interrumpir sus trabajos, realizaron otros sobrevuelos y localizaron otras tres (3) comunidades. Fue entonces cuando comunicaron el descubrimiento a la Fuani, entidad que decidió designar dos (2) expedicionarios para que trabajaran en la región.
En 1982, los misioneros evangélicos de la ‘Misión Nuevas Tribus del Brasil’ hicieron efectivo el contacto con los indios, después de haber localizado cuatro (4) comunidades en un sobrevuelo. Según los misioneros, este contacto ‘relámpago’ fue muy tenso y se limitó a la entrega de algunos regalos.
En los años siguientes (entre 1982 y 1985), los misioneros se limitaron a realizar sobrevuelos para reconocer la localización de las comunidades y lanzar regalos. En 1985, éstos misioneros volvieron al área e iniciaron la construcción de una base llamada ‘Esperanza’, la cual quedaba a unos días de camino de las comunidades y fuera del área de circulación de los indios. Dos (2) años mas tarde, ya estaban concluidas las obras de algunas casas y de una pequeña pista de aterrizaje para avionetas. Durante ese periodo, los misioneros realizaron varias incursiones en las comunidades, logrando algunos contactos esporádicos con los indios, quienes, de acuerdo con los misioneros, permanecían bastante ‘inquietos’ y retirados.
Fue hasta el cinco (5) de noviembre de 1987 que se dio el contacto definitivo con los Zo'é en la Base ‘Esperanza’: un grupo de indios se presentó en el monte situado detrás de la Base, y se le fueron juntando otras familias hasta llegar a conformar un conjunto de cerca de cien (100) personas. Según los misioneros, fue un momento de gran tensión. Comunicándose a través de gestos, los misioneros les dieron regalos y recibieron en contrapartida unas flechas cuyas puntas habían sido partidas. Durante los siguientes días llegaron mas familias y fueron construyeron casas en la loma, las cuales habitaron por algún tiempo.
Una vez comunicado el episodio a la Funai, ésta entidad prohibió a los misioneros instalarse en las comunidades. Hecho que llevó a los misioneros a cambiar de estrategia: había que comenzar a atraer a los indios hacia la ‘Esperanza’. De esa manera los Zo'é fueron llegando a construir casas y abrir chagras cerca de la Base. El objetivo de la Misión ‘Nuevas Tribus del Brasil’, estaba dividido en tres etapas: 1) aprender la lengua; 2) iniciar la alfabetización; 3) traducir la Biblia e iniciar la trasmisión de la palabra de Dios a los Zo'é.
En 1989, la Funai realizó algunas expediciones de conocer la situación de los indios Zo'é, y constató que el estado de salud del grupo era bien precario. Como era de esperarse, las relaciones entre dicha entidad y la Misión se fueron volviendo cada vez mas conflictivas, hasta que en octubre de 1991 la Funai decide asumir el control del área, implantar una política asistencial propia y, por esta vía, retirar a los misioneros.
Lo anterior nos muestra que fue sólo hasta la última década del siglo XX que los Zo'é comenzaron a experimentar un mayor contacto y convivencia con los blancos, hecho que para ellos significó varias cosas: la introducción de tecnologías de alto impacto y la consecuente atracción alrededor de los puestos asistenciales instalados dentro de su territorio en función de los intereses de los blancos; la subsecuente aparición de nuevas enfermedades, que a su vez consolidaron la concentración de la población en torno a los puestos. En muchos aspectos, los escenarios a los que se enfrentan los Zo'é son similares a los que viven los otros cincuenta (50) grupos indígenas que al día de hoy continúan en situación de aislamiento dentro de la Amazonía. Y algunas de esas características peculiares y similares que merecen ser enfatizadas son:
- Aunque hasta hace sólo siete (7) años los Zo'é establecieron por iniciativa propia relaciones de convivencia permanente con el puesto asistencial, hace ya por los menos cincuenta (50) años habían experimentado contactos ocasionales con los recolectores de castañas (nueces) de Pará, y con los cazadores de felinos para la obtención de pieles;
- Su localización en un área de refugio entre los ríos Cuminapanema y Erepecuru evidencia que, durante décadas, los Zo'é intentaron mantenerse alejados tanto de los pueblos indígenas vecinos (a quienes consideraban sus enemigos) como de los blancos;
- A diferencia de las anteriores experiencias de contacto intermitente, fue en el reciente proceso de contacto (1982-1990) que los Zo'é sufrieron las bajas demográficas mas drásticas, debido a la propagación de enfermedades antes desconocidas, que resultaron en un proceso de contaminación que aún hoy continua creciendo.
- Debido a las difíciles condiciones de acceso al área en la que habitan los Zo'é, y a la inexistencia de programas estaduales o federales de desarrollo en la región norte del estado de Pará, la zona continúa relativamente preservada. Sin embargo, pequeños grupos de garimpeiros (buscadores de metales y piedras preciosas) se instauran en las márgenes de los ríos que delimitan la zona. Tal es el caso del Río Erepecuru (donde existen varias pistas de aterrizaje) y del Curuá, aunque hay que decir que hasta el momento el Área Indígena Cuminapanema/Urukuriana sigue siendo una zona ‘vetada’. Sin embargo, la situación jurídica de dicha área es bastante frágil: no se ha pasado de la etapa de ‘identificación’, aquella que comenzó en 1997 y que dio inicio a un largo proceso de reconocimiento catastral que espera garantizar a los Zo'é la exclusividad en la ocupación y explotación de sus tierras.
Es un hecho que al día de hoy los Zo'é salieron del aislamiento. El paso a la convivencia permanente con agentes de contacto, se hace evidente con el proceso de dependencia en el que están insertos, así como con la restructuración de su ritmo de vida y de su sistema de ocupación territorial en función de la presencia de los agentes asistenciales. Así pues, lo que sucede en el Río Cuminapanema hace visibles todos los elementos de un proceso que históricamente ha acompañado la instauración de una política asistencial que justamente tienen como objetivo la ‘protección’.
Ahora bien, la principal particularidad de las actuales relaciones de contacto que se dan en el Río Cuminapanema, tiene que ver con el hecho de que las agencias asistenciales se anticiparon a otros frentes de ocupación regional, y tuvieron una intensa convivencia con los Zo'é: la Misión Nuevas Tribus del Brasil (MNTB) y luego la Funai, promovieron intervenciones cuyo objetivo abiertamente declarado era garantizar y preservar el ‘aislamiento’ de esta étnia. Una decisión unilateral que contrasta con el interés de los Zo'é de tener acceso al mundo exterior, a su propio ritmo y según sus propias categorías de entendimiento. Desde que en 1987 los Zo'é optaron por establecer relaciones de convivencia y cercanía permanente con los blancos, han venido manifestado un creciente interés por descubrir y controlar el mundo a su alrededor: desean un mayor contacto con los blancos, quieren mas objetos, ansían visitar la ciudad y están interesados en conocer a otros indios.
Modos de vida
Al igual que otros pueblos de la región de las Guyanas, los Zo'é tienen una estructura social descentralizada, que esta marcada por la autonomía política y económica de cada grupo local. En una misma comunidad puede habitar más de un grupo local, y cada casa alberga una familia nuclear o dos (2) unidades que ocupan espacios separados con su propia hoguera.
Sus actividades económicas se dividen en dos (2) movimientos: de una relativa sedentarización en función de la prácticas agrícolas, pasan a una alta movilidad que resulta de las actividades de caza y pesca.
Debido a la tecnología lítica (herramientas de piedra) que los Zo'é utilizaban hasta hace poco, las chagras son reutilizadas año tras año, replantándose yuca y otros productos en los mismos claros de selva. Razón por la cual existen pocas chagras y comunidades en el área. Contrario a ese patrón sedentario, las actividades de caza y pesca llevan a las familias a desplazarse a regiones bastante distantes de las comunidades, en donde permanecen varias semanas mientras aprovechan la abundancia de caza para su alimentación, la cual complementan con la fariña que llevan preparada desde la comunidad. Esta alternación de actividades relacionadas con la agricultura, la preparación de la fariña y las largas expediciones de caza y pesca, se resumen en una alta movilidad de los Zo'é en el área.
El equipo material utilizado por los Zo'é en sus actividades de subsistencia, esta compuesto por un número limitado de artefactos, entre los que sobresalen los que están hechos de cerámica y de trenzados de hojas, los cuales son confeccionados por las mujeres y destinados al procesamiento de la yuca brava.
Localización y población
Los Zo'é habitan una porción de tierra firme que está atravesada por pequeños igarapés (estrechos brazos de ríos existentes en la cuenca amazónica, caracterizados por su poca profundidad y por ubicarse selva adentro) afluentes de dos (2) grandes ríos (el Cuminapanema y el Erepecuru) del municipio de Oriximiná, el cual esta ubicado al norte del estado de Pará. Esta es pues una región montañosa con grandes árboles de castaña de monte (también se conoce el fruto como castaña de Pará, nuez de Brasil, nuez amazónica o coquito brasilero - Bertholletia excelsa), en la que se da una maximización de los recursos de subsistencia. Además de la yuca, que corresponde al noventa por ciento (90%) de área plantada en la chagra, la ‘castaña de Pará’ o ‘nuez de Brasil’ es el producto más consumido por los indios, quienes también utilizan la cáscara de la nuez para confeccionar la mayoría de sus artefactos.
Como se mencionaba, el territorio ocupado por los indígenas Zo'é está cruzado por pequeños igarapés en los cuales se realizan jornadas de pesca con Timbó (planta amazónica cuya savia se diluye en el agua de los ríos, y que tiene un efecto entorpecedor y paralizador sobre los peces por que los deja sin oxigeno, lo cual facilita su captura). Como resultado del largo tiempo de permanencia de las comunidades, hay una relativa escasez de fauna en esa zona de ocupación, lo que ha producido el agotamiento de la caza. El área habitada por los Zo'é corresponde a una zona de ‘refugio’, que les permitió mantenerse aislados de los blancos y de otros pueblos indígenas vecinos que consideraban enemigos, a los cuales fueron conociendo desde hace varias décadas a través de contactos intermitentes.
Finalmente, en el año de 1987 los Zo'é aceptan la convivencia pacífica con los blancos. Cuatro (4) años después, se estimaba que habían muerto cuarenta y cinco (45) individuos a causa de epidemias de malaria y gripa, y para 1991, dicha cifra había aumentó a ciento treinta y tres (133). Seis (6) años mas tarde, los Zo'é inician un proceso de recuperación demográfica, y la población empieza a crecer hasta llegar a ciento cincuenta y dos (152) personas.
Fuentes de información
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- A arca de Zo'É. Dir.: Dominique T. Gallois; Vincent Carelli. Vídeo Cor, VHS, 22 min., 1993. Prod.: CTI-SP